Cronos, padre del tiempo
fuerza cruel y tempestuosa del caos.
Reflejo de una mente decadente.
Una muchacha cantaba
cantos de amor, cantos de guerra
cantos de sol y tierra
notas de estrecha mecha
con fuego fatuo encendidas
fuego idílico y gracioso
antiguo arte, el fuego
que con gracia reanimaba
armonía en sus piernas
en sus labios, melodía.
Su voz era limpia.
Incorruptible por matices
ni dinámica posible.
Voz pura, grácil.
Sola.
Placer a capella.
Hermosa, sencilla
cantaba la muchacha.
Sin ti no vivo.
Sin ti son amargos los segundos.
Sin ti soy un soplo de viento
que mece,
al son de tus latidos,
la cuna donde mi corazón duerme.
Contigo se vuelve trivial el mundo.
Contigo tornan cálidas las tundras
y frías, al sol, las dunas.
Creo que he vuelto a mi frustrante rutina perdida de pensar en que cada noche pasada, no vuelve. Cada noche, es una noche menos. Cada noche se perderá entre suspiros y se ahogará en las lágrimas caidas por bostezos. Porque hasta ofreciendo esa inhumana resistencia para que no acabe el día, acabo desaprovechando la mañana del siguiente. Veo ya dormir como perder tiempo, porque para lo único que me servía era para repararme, descansar. Ahora parece que la mayor utilidad es esa sensación de desconexión y de incosciencia la que atrae.
Volviendo al tema, mis noches son puntiagudas y resecas. Con cada ráfaga de viento frio, siempre hay detrás sentimiento de abandono... es como si necesitara más atención de mi a mi mismo... ya que mis obsesas manias de empatizar en exceso y tal me acaban afectando a mal.
A lo mejor no necesite más amor propio, sino una muestra de cariño de gente cercana más frecuente, o un gesto amable de un desconocido... algo que no me haga cerrarme en banda y me haga sonreir más a menudo, porque no es nada difícil conseguirlo.
Si siguiera indagando, quizás saldría alguna faceta inconforme pero en plan cabezón, o alguna espina clavada. Si. Una espina, he ahí una razón de peso, alojada en mi pecho.
Siendo una u otra razón tengo que aceptar que, los días tienen que pasar, y que en las noches, siendo mias o no, necesito dejar de trasnochar.
Hoy he empezado atletismo, después de estar meses sin hacer deporte serio... he sentido ese mareo, ese cansancio y esa sensación de ahogo. Ese crujir de los huesos, ese entumecimiento de los músculos. Me he sentido vivo.
Mi cuerpo se queja de ello, pero yo solo puedo pensar en el día de mañana y en como me despertarán mis articulaciones de mi sueño con el mismo castigo que les he tenido que hacer sufrir hoy. Esa necesidad de andar simulando la falta de dolor, ese orgullo, grandioso orgullo de volver a dejarme la piel por mi salud, y en poder ver que sí hay algo en lo que me puedo dejar hasta el último aliento.
Es curioso cómo entre tanto calor, siempre hay un momento para el frío. Frío como falta, frío como añoranza de una taciturna caricia de alguien importante, o escalofríos con nombre que suspiran, fríos.
Los muros que me protegían me caen encima. Mis defensas se vuelven contra mi, sin piedad. Un cúmulo de tristezas y ansias con nombre y apellidos que para salir, me infectan. Todo lo causa la misma persona... la misma persona que parece me deseara todo mal... nada más y nada menos que yo mismo. Yo y mi falta de confianza. Mi obsesión en no ser como el resto, ni débil.
Todo impulso me resulta insuficiente. Me limito a ver pasar el tiempo, a observar los minutos y segundos que se rien de mí al no poder pararlos ni retenerlos... y hasta mi letra tiembla conmigo al no quedarme pilares para apoyar todo el sobrepeso que siento cada vez en aumento en forma de sentimientos poco esperanzadores en mi cabeza... tanto, que me hundo.
Me llaman por mi nombre, y por eso no respondo.
Señores lectores, he caido en una droga fuerte. Mataría por esa droga... y probablemente esa adicción me matará a mi... la droga más potente, la más adictiva. Esta droga no es ni más ni menos que verte sonreir estando a mi lado
Inundado de una sensación extraña, familiar, curiosa... yo diría que la he experimentado antes... es algo en lo que nunca he creido... lo sentiré de verdad? Ojalá... no sé si es eso lo que siento, pero estoy seguro de con quien me gustaría compartirlo
Pues simplente mi movil y yo en una cama... ahora mismo pocas cosas más pediría ya que tapado y escribiendo más paranoias mentales estoy bastante bien...
Ahora pienso y reflexiono de otra manera, ya que antes, no quería concretar en lo que escribía para que las personas que debian sentirse aludidas no lo hicieran... ahora me da igual. Es más, preferiria que se dieran por aludidas para que me dieran a entender su posición... just this